Rímac: bastión del criollismo

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Bastión del criollismo, el Rímac, a pesar de la situación grave en la que se encuentra su patrimonio, aún ostenta la estampa pintoresca que inspiró muchas de las composiciones y cancioneros escritas en su homena­je.

Escribe: Marco Gamarra Galindo
Coordinador del Colectivo Cultural Salvemos Lima.

Plazas, jirones, callejones y casonas han desempeñado un rol importante en la construcción de referentes cul­turales compartidos para los habitan­tes del barrio de Abajo el Puente; asi­mismo, han generado lazos de unión a través del tiempo y se han erigido como referentes de un ayer siempre presente. El espacio urbano históri­co rimense conforma aquello que los antropólogos llaman la “geografía re­cordada”, los referentes fundamentales que orientan la vida de los vecinos, los sitios y lugares donde se criaron de niños o pasearon cuando eran adoles­centes o adultos.

«El patrimonio no solo es historia, sino también referencias y prácticas culturales».

Dado que el criollismo ocupó no­table y central espacio en el desarrollo cultural del barrio, lo que se logra al defender el patrimonio histórico no solo es la intervención concreta y par­ticular sobre lo físico o material, sino mantener vigente la identidad de todo un barrio emblemático y de toda una corriente musical. Si nos importa real­mente mantener presente el aporte y la figura de notables bardos criollos de albores y mediados del siglo XX en las generaciones presentes y venideras, sus composiciones e interpretaciones que escribieron y realizaron, a casi un siglo de distancia, no pueden ser el único soporte de memoria.

El espacio urbano históri­co rimense conforma aquello que los antropólogos llaman la “geografía re­cordada”, los referentes fundamentales que orientan la vida de los vecinos, los sitios y lugares donde se criaron de niños o pasearon cuando eran adoles­centes o adultos.

Un vínculo valioso con ellos puede darse a través de los espacios históricos y culturales que recrearon y dieron vida constante a la música criolla. Ello es correlato de la idea de que el patrimonio cultural no puede ser estudiado de modo frag­mentario, ya que cada sitio integrante del patrimonio histórico tiene razón de ser en relación con la población que convivió entorno a él y adquiere por ella una serie de características iden­titarias. Por ello, el patrimonio no solo es historia, sino también referencias y prácticas culturales.

Criollazos: La Corte Suprema del criollismo: Víctor “El gancho” Arciniega Samané (cajón), detrás, el Dr. José Durand Flórez, Luciano Huambachano (guitarra) Augusto Ascuez (voz y jaleo), Manuel Garrido “Come jarana”, Elías Ascuez (segunda guitarra) y el maestro José María Arguedas.

Para conservar tan valioso pa­trimonio, que en el caso del Rímac traerá como consecuencia inmediata rescatar del olvido una parte valiosa de la historia de la música criolla, es menester alentar la investigación, dic­tar las medidas que aseguren su man­tenimiento y conservación, teniendo como objetivo ponerlo al servicio de la comunidad.

Fuente: Velaverde.

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